22 jun 2017

Analizando cambios.

Desde que he retomado el blog tengo más ganas de escribir. Creo que lo tomaré como una especie de diario, o un lugar donde volcar mis pensamientos y sucesos de mi día a día. Algo que dejar para el día que ya no esté y alguien lo pueda leer. A veces pienso en el futuro y en como ha cambiado mi vida durante este tiempo. Ahora mismo estoy escribiendo desde mi cama, con música relajante y con la necesidad de expresar aquello que llevo dentro. Puedo decir que mi vida ha dado un vuelco, ha cambiado y han sucedido muchas cosas. Hay etapas que han concluido, etapas que pensaba que tardarían mucho más en terminar.

La semana pasada falleció una gran persona, un amante de la naturaleza, una persona que nos enseñó a ver la naturaleza tal y como es. Sutil, hermosa y salvaje. Su nombre es Juan Francisco Mariño, una persona que luchó por la conservación del hábitat de mi ciudad, Alcoy. Además era el padre de uno de mis mejores amigos. Pasé varios veranos con ellos y otros amigos vigilando los montes, restaurando señales y paletas informativas, en definitiva, ayudando. Tengo muchos recuerdos de aquella época. Largos días de vigilancia con un sol de justicia, trayectos en coche con risas, entrevistas para alguna que otra televisión. Hasta tal punto estábamos involucrados en el proyecto que incluso cuando no estábamos de vigilancia ayudábamos a los bomberos en caso de incendio.
Da pena pensar que muy posiblemente el proyecto haya concluido. He de decir que tenía más proyectos pero por el ajetreo de mi vida me desconecté bastante.



Hablando de etapas que se cierran, la casa donde crecí en mi querido Alcoy ya no es de la familia. Mis abuelos se mudaron a otra localización para estar más cerca de la familia y mejor cuidados, ya que al vivir fuera no pasaba demasiado tiempo allí. 26 años en esa casa, casi toda mi vida allí y ya no está. Sé que la vida trae cambios, pero me hubiera gustado tener esa casa para el día de mañana. Podría recordar en cada rincón todas las experiencias que he vivido allí. Recordar mi niñez...

Y ahora estoy en Alicante.

Si analizamos puedo ver que soy afortunado. Tengo un trabajo que me gusta, donde conozco gente genial y con muchas perspectivas de futuro. Sigo en una banda de folk metal, un estilo que me hace vibrar compartiendo viaje con unos amigos fantásticos. Bueno, más que amigos diría hermanos. Somos una gran familia.
Cierto es que me encantaría pasar más tiempo con mis amigos de siempre, la pandilla o como nos conocen en los festivales, los alcoyanos. Hace demasiado que no nos juntamos la familia entera y hacemos pasamos tiempo como antes, pero es lógico que ya no sea así. Nuestra vida ha cambiado, algunos vivimos fuera y nuestros trabajos nos limitan en cuanto a tema de horario se refiere.

Tal vez hoy esté un poco melancólico o tal vez solo analizo el presente. En cuanto al futuro, es otro cantar. Hay varios proyectos en proceso que pueden resultar muy interesantes: el segundo disco de Odisea, mi proyecto en solitario y algo más.

Como no sé como concluir creo que lo haré de la forma más simple que puedo imaginar.

Por si no nos vemos luego, buenos días, buenas tardes y buenas noches.

No hay comentarios: